domingo, 2 de septiembre de 2012



Sin Dudas
Héctor Salas

Viva la maquinaria popular socialista, indispensable y necesaria siempre,  en el contexto de la lógica electoral burguesa.  Después es después


La oposición golpista que pretende congraciarse  con el pueblo a punta de miedo y terror; esa que asegura que los resultados hasta ahora más que evidentes en su contra, cambiarán  “a partir de la ocurrencia de un evento extraordinario”. Sintieron miedo a verse descubiertos en sus verdaderas cuentas, sabiendo que los encuestólogos iban tras sus mentiras este 02 de Septiembre, dia fijado por el poder electoral para ajustar sus responsabilidades, en el bien llamado y exitoso  simulacro electoral.


Sin duda se midió el árbitro
Reporte de Tibisay Lucenas: "A las 8:00 de la mañana todos los centros de votación hicieron la apertura y ya 20 minutos después el 91%, tanto de los centros nucleados como los pilotos, estaban completamente abiertos", dijo la rectora Tibisay Lucena al ofrecer el primer balance .. 
Sin dudas se midió nuestra necesaria maquinaria electoral 
Y, como ultima pieza de nuestro balance, hemos concluido que: A boca de urnas, este 02 de septiembre  los apátridas hubiesen dejado sus nalgas al descubierto y, de esto con mucho celo decidieron cuidarse 


 JUAN BARRETO

NUEVA IZQUIERDA LATINOAMERICANA

Como dice en nuestros días Slavoj Žižek, “el nombre último de la derecha contrarrevolucionaria es el centro mismo”. Esta crítica vale también para la izquierda tradicional, tan decente que se parece demasiado a la derecha y que ubican el problema del Poder (con mayúscula) y del gobierno como un asunto de caminos  hacia la institucionalización de la revolución. El Poder se refiere a preguntas fundamentales: ¿para qué y para quién gobernar? En la sociedad capitalista, la convivencia se resuelve con la imposición de hegemonía (manda el que tiene) homoge­neizando los valores y criterios del mercado. Por lo tanto, el problema del Poder no es si se accede a él por la vía electoral o con quien se disputa su titularidad, sino cómo se enfrenta o no a esa hegemonía y a esa homogeneización.